lunes, 22 de septiembre de 2014

Ganador del Concurso Veraniego de Relatos Cortos 2014




En esta cuarta edición de nuestro refrescante Concurso Veraniego de Relatos Cortos hemos gozado de 16 aportaciones -más dos fuera de concurso-, resultando ganadora la novel Enriqueta Jiménez Herrera que se ha estrenado con nosotros en esto de juntar letras y se lo ha tomado con ganas porque sigue publicando sus relatos en su propio grupo llamado RUPERTINA, personaje autobiográfico que explica sus andanzas laborales cuidando personas dependientes, derrochando salero y ternura.

Como organizadora, doy las gracias a todos los participantes y también mi enhorabuena porque todos se han esforzado en que pasemos juntos unas semanas entretenidas, sonriendo, ríendo y hasta llorando con todos estos relatos.

Este es el relato ganador: El verano de Rupertina

Nos volveremos a encontrar dentro de pocos meses, en el Concurso Navideño de Relatos Cortos cuyo tema es, como su nombre indica, la Navidad.

¡Adelante mis bravos!




lunes, 8 de septiembre de 2014

Concurso Veraniego de Relatos Cortos 2014. Votaciones



Ayer finalizó el plazo de admisión de presentaciones y damos paso a las votaciones que durarán hasta el 21 de septiembre.
Dos semanas para leer atentamente cada trabajo y decidir el destino de los tres votos de los que cada participante dispone.

Remarcamos las normas de votación:

* Del 8 al 21 de septiembre.
* Tres votos otorgados al libre albedrio, repartidos o todos al mismo relato.
* Nadie puede votarse a sí mismo.
* Todos los votos se dejarán en esta entrada, de manera clara. Por ejemplo:

Dos votos para el número X y uno para el X.

* Se puede añadir el título y el autor, así como un comentario si se desea.

A continuación ponemos la lista con su correspondiente enlace:

1- Fieras en la playa. De Iñaki Zurbano Basabe  
2- Llegado el verano. De Enriqueta Jiménez Herrera  
3- Empanada gallega. De Iñaki Zurbano Basabe
4- El verano de Rupertina. De Enriqueta Jiménez Herrera
5- Un verano triste. De Enriqueta Jiménez Herrera   
6- Campo o playa. De Iñaki Zurbano Basabe   
7- VACACIONES SOÑADAS. De Jesús
8- JESÚS JOSÉ Y MARÍA. De Enriqueta Jiménez Herrera  
9- Un final atípico. De Iñaki Zurbano Basabe  
10- Monjas viejas y curas guapos. De Enriqueta Jiménez Herrera
11- ¡Cuántas cosas se pierden! De Iñaki Zurbano Basabe
12- EL TIEMPO ENTRE LOS MEDIODÍAS Y LAS MEDIASNOCHES DE VERANO. De Golondrina 
13- En los extremos del mundo. De Iñaki Zurbano Basabe
14- La Patata. De luispihormiguero
15- Rupertina abandona. De Enriqueta Jiménez Herrera
16- Eran otros tiempos, aquello era otra cosa. De Iñaki Zurbano Basabe


Nos tememos que Enriqueta Jiménez Herrera no venga a votar aquí porque tiene dificultades para dejar comentarios en los blogs  (eso afirma), pero bueno, recogeremos sus votos y los trasladaremos aquí porque al fin y al cabo, otros concursantes serán testigos de ello, allá en la red social donde está.

Gracias a todos por vuestra participación y ahora...


¡A VOTAAAAAAAAR!



VOTOS

(Se editará periódicamente)



4-  El verano de Rupertina. De Enriqueta Jiménez Herrera.  3 votos
5-  Un verano triste. De Enriqueta Jiménez Herrera.  1 voto
6-  Campo o playa. De Iñaki Zurbano Basabe.  1 voto
7-  Vacaciones soñadas. De Jesús.  2 votos
11- Cuántas cosas se pierden! De Iñaki Zurbano Basabe.  1 voto
12- EL TIEMPO ENTRE LOS MEDIOSDÍAS Y LAS MEDIASNOCHES DE VERANO. De Golondrina.  2 votos
14- La Patata. De luispihormiguero.  2 votos




     

sábado, 6 de septiembre de 2014

Concurso Veraniego de Relatos Cortos 2014 (16)

Pinchar aquí para ver las normas del concurso.
    Relatos anteriores:
1- Fieras en la playa. De Iñaki Zurbano Basabe  
2- Llegado el verano. De Enriqueta Jiménez Herrera  
3- Empanada gallega. De Iñaki Zurbano Basabe   
0- Sadismo en el hospital. De Leona Catalana (Fuera de concurso)  
4- El verano de Rupertina. De Enriqueta Jiménez Herrera   
0-2-  Un ángel veraniego. De Leona Catalana (Fuera de concurso)  
5- Un verano triste. De Enriqueta Jiménez Herrera   
6- Campo o playa. De Iñaki Zurbano Basabe   
7- VACACIONES SOÑADAS. De Jesús 
8- JESÚS JOSÉ Y MARÍA. De Enriqueta Jiménez Herrera  
9- Un final atípico. De Iñaki Zurbano Basabe  
10- Monjas viejas y curas guapos. De Enriqueta Jiménez Herrera
11- ¡Cuántas cosas se pierden! De Iñaki Zurbano Basabe
12- EL TIEMPO ENTRE LOS MEDIODÍAS Y LAS MEDIASNOCHES DE VERANO. De Golondrina 
13- En los extremos del mundo. De Iñaki Zurbano Basabe
14- La Patata. De luispihormiguero
15- Rupertina abandona. De Enriqueta Jiménez Herrera

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Eran otros tiempos, aquello era otra cosa.

Autor: Iñaki Zurbano Basabe

Era un verano más, un hermoso verano en una tierra en donde siempre era verano. Qué pena que los mosquitos y los huracanes soliesen deslucirlo, unos todos los días y los otros de vez en cuando.
Elizabeth y Diana se dirigieron a la playa sin ninguna prisa, con todo el tiempo del mundo para admirar la Naturaleza y la excusa tonta de buscar caracolas.
- Qué será del pobre Akin?
- Vete tú a saber. - Repuso Elizabeth.
- Me da pena cada vez que pienso en ello. A ti no te da pena?
- Ha cometido una equivocación. La familia Dunmore le trataba muy bien, con ninguna otra familia hubiese estado mejor.
Nada más pisar la arena de la playa, Diana se llevó una gran sorpresa porque Elizabeth empezó a desnudarse.
- Qué estás hacienda, chica?!
- Voy a bañarme.
Siguió escandalizada, pero no quiso decir más. Aunque eran amigas porque se habían criado juntas, Diana nunca olvidaba que Elizabeth era su ama.
La "intrépida" Elizabeth se adentró en las aguas claras de aquella playita cercada por arrecifes de coral y custodiada por altas palmeras. Nadó durante un rato y luego se sumergió. Aguantó la respiración para observar el mundo submarino. Una formación de peces de muchos colores se detuvo dos segundos a mirarla, e inmediatamente reemprendieron su viaje como autómatas. Una tortuga del tamaño de un pellejo de vino pasó nadando parsimoniosamente muy cerca de ella.
Emergió y se dirigió a la playa en donde la esperaba la servicial Diana. Se quedó un rato desnuda sobre la arena para que el sol hiciese el trabajo de secarla, pero enseguida buscaron ambas la protección de una frondosa palmera.
- Bañarse en las aguas de la playa es un gran placer, Diana, deberías probar.
- Me da vergüenza, je, je!
- Aquí no nos ve nadie. Sabes?, algún día la gente descubrirá lo placentero que es un baño de mar, y las playas se llenarán de hombres y mujeres.
- Pero qué locura es esa, Elizabeth, ja, ja, ja!
No podia entenderlo porque eran otros tiempos, aquello era otra cosa. Aquello era Barbados, una gran isla de Las Antillas, y estaban a la mitad del siglo XVII.

El negro Akin había observado muy excitado a Elizabeth mientras esta se bañaba desnuda. Era la primera vez que veía a una mujer blanca completamente desnuda, y se cuidó mucho de que ella no le viese a él, la observó desde detrás de una roca casi cubierta por las aguas. El también se había bañado, igual que lo hacía en los lagos de su Nigeria natal, allá en la remota y añorada Africa, antes de que le raptasen los negreros.

Esa noche la mulata Diana no pudo evitar una sonrisa mientras se dormía, al recordar las palabras de Elizabeth: "Algún día la gente descubrirá lo placentero que es un baño de mar y las playas se llenarán de hombres y mujeres"; "Decididamente, Elizabeth está cada día más loca", pensó, "si todos los hombres y mujeres fuesen a la playa, quién se iba a ocupar de vigilar a los negros para que cumplan con su trabajo de cortar la caña de azúcar?"
En esos mismos momentos y a menos de una milla de distancia, el capitán de la hacienda Dunmore y sus hombres capturaban al negro Akin. Le había delatado el pequeño fuego que hizo para asar un pescado. A la mañana siguiente fue sometido al castigo que les estaba reservado a los que se fugaban: 100 latigazos. Naturalmente, no los resistió, murió antes de que el verdugo llegase a tan terrible cifra, y de inmediato fue arrojado a una fosa.
Akin se fue al mundo de los dioses, en donde se reuniría con sus padres y hermanos, los cuales no pudieron aguantar la horrible travesía del océano en el barco negrero holandés, siendo arrojados sus cadáveres por la borda.
Eran otros tiempos, aquello era otra cosa.

viernes, 5 de septiembre de 2014

Concurso Veraniego de Relatos Cortos 2014 (15)

Pinchar aquí para ver las normas del concurso.
    Relatos anteriores:
1- Fieras en la playa. De Iñaki Zurbano Basabe  
2- Llegado el verano. De Enriqueta Jiménez Herrera  
3- Empanada gallega. De Iñaki Zurbano Basabe   
0- Sadismo en el hospital. De Leona Catalana (Fuera de concurso)  
4- El verano de Rupertina. De Enriqueta Jiménez Herrera   
0-2-  Un ángel veraniego. De Leona Catalana (Fuera de concurso)  
5- Un verano triste. De Enriqueta Jiménez Herrera   
6- Campo o playa. De Iñaki Zurbano Basabe   
7- VACACIONES SOÑADAS. De Jesús 
8- JESÚS JOSÉ Y MARÍA. De Enriqueta Jiménez Herrera  
9- Un final atípico. De Iñaki Zurbano Basabe  
10- Monjas viejas y curas guapos. De Enriqueta Jiménez Herrera
11- ¡Cuántas cosas se pierden! De Iñaki Zurbano Basabe
12- EL TIEMPO ENTRE LOS MEDIODÍAS Y LAS MEDIASNOCHES DE VERANO. De Golondrina 
13- En los extremos del mundo. De Iñaki Zurbano Basabe
14- La Patata. De luispihormiguero

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Rupertina abandona

Autor: Enriqueta Jiménez Herrera

Ustedes no han visto a Rupertina a dos ruedas con el coche, a que no, pues si, una vez , tuvo que huir a dos ruedas y echando humo.
En una ocasión me destinaron a un barrio, donde las personas que habitaban estaban acostumbrados a vivir en unas condiciones muy difícil.
Yo llegue allí, muy inocente de aquel lugar, y ya no fui mas, cuando llegue pregunte por Mati, vaya si me informaron, me vi rodeada de todos en menos de un segundo, empece a temblar, y pensé, ¡¡COÑO¡¡ esto que es, total que cuando fui a ver a Mati, cual fue mi sorpresa, una abuelilla muy agradable, pero vivía con unos animalitos que a mi personalmente meda un yo que se, un que se yo, estuve por la mañana, y mi trabajo lo realice lo mejor que pude, yo escuchaba ruidos, y por mis pies pasaba unas ratoncillos, claro estaban en su casa, yo era un visitante para ellos, total que cuando salí de allí, pies pa que te quiero, llame a mi orientadora.
-¡¡Jesús, María y Jose¡¡¡¡¡¡ yo no voy mas.
-¿Que te pasa, Rupertina, - que yo no voy mas, que estoy que me va a dar un jamacuco.
Le explique y comprendieron la situación, a mi me hubiese gustado seguir, pero era imposible.
Yo voy a donde sea pero si veo que no puedo pues no puedo.


jueves, 4 de septiembre de 2014

Concurso Veraniego de Relatos Cortos 2014 (14)

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  Relatos anteriores:

1- Fieras en la playa. De Iñaki Zurbano Basabe  
2- Llegado el verano. De Enriqueta Jiménez Herrera  
3- Empanada gallega. De Iñaki Zurbano Basabe   
0- Sadismo en el hospital. De Leona Catalana (Fuera de concurso)  
4- El verano de Rupertina. De Enriqueta Jiménez Herrera   
0-2-  Un ángel veraniego. De Leona Catalana (Fuera de concurso)  
5- Un verano triste. De Enriqueta Jiménez Herrera   
6- Campo o playa. De Iñaki Zurbano Basabe   
7- VACACIONES SOÑADAS. De Jesús 
8- JESÚS JOSÉ Y MARÍA. De Enriqueta Jiménez Herrera  
9- Un final atípico. De Iñaki Zurbano Basabe  
10- Monjas viejas y curas guapos. De Enriqueta Jiménez Herrera
11- ¡Cuántas cosas se pierden! De Iñaki Zurbano Basabe
12- EL TIEMPO ENTRE LOS MEDIODÍAS Y LAS MEDIASNOCHES DE VERANO. De Golondrina 
13- En los extremos del mundo. De Iñaki Zurbano Basabe

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La Patata

Autor: luispihormiguero

    ¡Por fin llegó el verano! ¡Ah! Aguantar 40º a la sombra, un Sol que hace radiografías de lo fuerte que pega y una falta terrible de lluvia limpiadora, son cosas que se llevan estupendamente por el simple hecho de estar de vacaciones, de tener tiempo para uno mismo, para sus cosas, su vida...
   Me gusta el verano, desde luego, ¡me encanta! Soy un gran amigo por igual de la montaña, de la playa y de la piscina (aunque la gente se mee en ella, pero bueno, la diversión y el baño refrescante lo compensan igual que las vacaciones compensan el calor). Por otro lado, soy poco amigo del madrugar, del trabajar o estudiar... así que, nada como unas buenas vacaciones.
   Dado que las vacaciones no son eternas, hay que disfrutarlas, eso está claro. Pero, damas y damos, caballeros y caballeras, hay que actuar siempre con moderación y cuidado, para evitar disgustos como el que sufrí yo el verano pasado, que no tuvo consecuencias graves a largo plazo, pero que, sólo de pensar en lo que me podría haber llegado a pasar... me entran ganas de llorar. Y cuando pienso en la suerte que tuve de que, precisamente, no me pasase nada grave... pues también me entran ganas de llorar, pero de alegría.
   Os lo cuento: cerca de mi municipio, en dirección a la capital de la provincia, al lado de una importante carretera secundaria (no es un oxímoron: existen carreteras secundarias importantes) existe un saliente rocoso de tamaño mediano que se mete en el mar, y que presenta una forma muy irregular. Lo llaman La Patata (ignoro por qué, porque no se parece a una patata ni por asomo), y está al lado de un hotel. La Patata es un trampolín natural, con diferentes niveles de altura para saltar al líquido elemento. Existen siete niveles, debidamente marcados: desde el 1, a unos dos metros sobre el agua, hasta el 7, a unos veinte metros.
   Bueno, el caso es que fui con los colegas a La Patata un lunes por la mañana de principios del verano. Pasamos allí varias horas, y más o menos a las 10:00 AM dijimos de irnos ya, pues, como seres coherentes que somos, comprendemos que el Sol mediterráneo de las horas centrales del día no es muy conveniente que golpee sobre la piel desnuda. Todos estuvimos de acuerdo en irnos, pero yo, antes de irme, decidí hacer algo para terminar ya definitivamente de chutarme con adrenalina: tirarme al agua desde lo más alto de La Patata, fuera de los lugares de salto señalizados, a unos 40 metros de altura.
   Así lo hice. La caída fue larga y sin sobresaltos, hasta que caí al agua. En principio, la atravesé sin problemas, pero en cuestión de décimas de segundo sentí algo duro contra mi cabeza. Noté un dolor muy intenso en el cráneo, y también en el cuello, que se me dobló bruscamente de un modo un tanto inadecuado.
   Perdí el conocimiento, y tuve un sueño: soñé que me estaba bañando en una playa tropical, justo cuando me quedaba paralizado en el agua, y empezaba a hundirme y ahogarme sin poder hacer nada para vitarlo... hasta que apareció una pequeña sirena de aspecto infantil, de cabellos dorados y ojos azules, con una estrella de mar en el pelo, que me sacó del agua y me dejó jadeante y asustado sobre la arena, a la sombra de unos cocoteros...

 Cuando desperté, era ya casi de noche, y estaba en la habitación de un hospital. Me desperté pensando en mi familia, y pronto me acordé de la escapada con los amigos a La Patata, y del desafortunado salto mío. Un escalofrío recorrió mi cuerpo ante la posibilidad de haber sufrido alguna lesión cerebral o medular, pero, para mi alivio, comprobé que podía mover perfectamente todo el cuerpo de los hombros para abajo; no así de los hombros para arriba, pues tenía la cabeza y el cuello totalmente inmovilizados. Llamé a la enfermera, y esta me informó del día y de la hora (pues ignoraba el tiempo que había estado inconsciente), y me comunicó el diagnóstico del equipo médico: había sufrido un traumatismo craneal sin lesión cerebral, y una rotura de una vértebra cervical sin lesión medular. Me dijo que podía considerarme la persona más afortunada del mundo, pues estuve a micras de quedarme tetraplégico... o de morir. De hecho, si las aguas no hubiesen estado tan tranquilas ese día, y hubiese caído en la hoz entre dos olas, con menos agua que amortiguase mi caída sobre las rocas sumergidas...
   Estuve varios días ingresado. Finalmente me pude ir a casa, aunque tuve que afrontar una larga y difícil recuperación, que se extendió hasta el final del verano, y que me impidió disfrutar plenamente del mismo. A día de hoy, sufro ocasionalmente dolores cervicales, y tengo que cuidar mucho la postura al dormir, pero más allá de eso, no tengo ningún problema. ¡Gracias a Dios!
   Espero que de mi experiencia saquéis una simple conclusión: ¡no hagáis burradas! Una burrada puede costaros el verano... o la vida.

Concurso Veraniego de Relatos Cortos 2014 (13)

Pinchar aquí para ver las normas del concurso.
  Relatos anteriores:

1- Fieras en la playa. De Iñaki Zurbano Basabe  
2- Llegado el verano. De Enriqueta Jiménez Herrera  
3- Empanada gallega. De Iñaki Zurbano Basabe   
0- Sadismo en el hospital. De Leona Catalana (Fuera de concurso)  
4- El verano de Rupertina. De Enriqueta Jiménez Herrera   
0-2-  Un ángel veraniego. De Leona Catalana (Fuera de concurso)  
5- Un verano triste. De Enriqueta Jiménez Herrera   
6- Campo o playa. De Iñaki Zurbano Basabe   
7- VACACIONES SOÑADAS. De Jesús 
8- JESÚS JOSÉ Y MARÍA. De Enriqueta Jiménez Herrera  
9- Un final atípico. De Iñaki Zurbano Basabe  
10- Monjas viejas y curas guapos. De Enriqueta Jiménez Herrera
11- ¡Cuántas cosas se pierden! De Iñaki Zurbano Basabe
12- EL TIEMPO ENTRE LOS MEDIODÍAS Y LAS MEDIASNOCHES DE VERANO. De Golondrina


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 En los extremos del mundo

Autor: Iñaki Zurbano Basabe


Oriol Puchades, una bestia hercúlea tatuada con más de una docena de símbolos independentistas, se paseaba por la arena de la playa luciendo un bermudas de la "estelada" y una camiseta serigrafiada con dos rotundos "Puta Espanya, collons!", uno en el pecho y otro en la espalda. Le acompañaban, sujetos por una gruesa cadena, dos pitbulls entrenados para matar.

Don Jesús María Abad del Monasterio, antiguo militante de Fuerza Nueva y ex guerrillero de Cristo Rey, además de prestigioso ex empresario jubilado, observaba por la mirilla telescópica de su rifle, desde el ático de su casa, en un edificio alto situado junto a la playa, al maldito rojo de mierda que se atrevía a insultar a la sagrada patria.
Don Jesús María, a pesar de sus ochenta años recién cumplidos, conservaba un buen pulso y estaba dispuesto a disparar contra el repugnante separatista.

Sonó "Els Segadors" y Oriol pulsó la pestañita de respuesta de su móvil.
- Hola, Jordi!... Pues nada, dando un paeíto por la playa para ver si algún puto fascista español me mira mal y me doy el gustazo de reventarle la cabeza a hostias, o le suelto a mis "escoltas" para que lo destrocen a dentelladas, ja, ja, ja!
( Lo dijo en catalán, por supuesto. Espero haber sido fiel en la traducción )

Don Jesús María se congratuló por la ocasión que le brindaba el destino. El rojo se había detenido para responder al teléfono. Lo tenía en su punto de mira. "Dios mio, es un blanco perfecto!"
Oprimió el gatillo y...
Una fuerte sacudida del corazón hizo retorcerse del dolor al viejo patriota. Don Jesús María cayó al suelo de la habitación con el corazón ya inservible y los ojos espantados.
Había salvado su vida Oriol Puchades?... Ahora lo veremos.

Familiares, viejas amistades, algunos correligionarios ( otoñales guerrilleros de Cristo Rey y apergaminados falangistas ) acudieron a las exequias fúnebres por el alma del venerable difunto.
Don Borja Antonio, hijo del extinto, le comentó a su cuñado Luis Angel:
- Papá ya había perdido la cabeza, pobrecillo! En los últimos tiempos se creía que era un francotirador en el Madrid republicano. Fíjate, Luis Angel, al energúmeno ese que se pasea con dos perros, ya le había matado veinte veces.
- Jesús, Jesús, no somos nadie!
El féretro estaba cubierto por la bandera española del franquismo, la del aguila negra del Imperio, y sobre la enseña de aquella patria conocida por "una, grande y libre", alguien había puesto un pequeño rifle de mirilla telescópica. Era el homenaje de su nieto pequeño, Alvarito, el cual admiraba profundamente a su abuelo porque todos los días, al regresar del colegio, se lo encontraba matando rojos desde la ventana que da a la playa.
Quién le iba a decir a aquel glorioso nacionalista español que en sus últimas horas en este mundo iba a tener sobre su ataud un juguetito llamado "Rifle automático de vision telescópica de la Capitana Indestructible"