miércoles, 25 de septiembre de 2013

TECLEANDO EN VERANO (Otoño ya, je je je...) (XV)

La ira de los machos

Viene de Cara a cara





La mujer del teclado notaba que Lobo Gris estaba muy alterado y se preguntó el motivo. ¿Tan peligrosa era Rosa? Sabía que lo era, puesto que había infiltrado a enemigos, pero pensaba que lo podía solucionar.
Cuando Nando irrumpió en la sala de trabajo, desde las estancias privadas de la mujer, donde ella misma lo había alojado para que pudiera escuchar, hizo un gesto de desagrado. Había querido llevar el asunto de otra manera, pero ya no había vuelta de hoja. La suerte estaba echada, Alea jacta est, como decían los romanos parapetados detrás del vidrio blindado, los cuáles estaban silenciosos, completamente embebidos con lo que ocurría ante sus ojos. Ni siquiera la zorra de Atia había osado abrir la boca.

Rosa se alteró al ver irrumpir a Nando. El frío sudor volvió a recorrerle el cuerpo como cuando el huargo gruñó la primera vez que mintió. El lobo no estaba en absoluto tranquilo, pero la mujer del teclado no se fijó en la mente de su huargo, estando más interesada en lo que su lugarteniente dijese, sabiendo que de esto dependía la resolución final. O al menos buena parte de ella.

El siempre pálido rostro de Rosa se tiñó de la púrpura de la vergüenza y Nando se plantó delante de ella mientras Lobo Gris se acercaba también...
Después de unos minutos en que nadie dijo nada, todos haciéndo cábalas con sus pensamientos, Nando preguntó a Rosa:
- ¿Por qué? -y su rostro reflejaba una pena inmensa, como el de la mujer del teclado-
Rosa  alzó el rostro, desafiante, segura de sí misma.
- ¡Me has engañado con esa!
- Rosa, Rosa, nunca te he engañado. En realidad, engañé a mi esposa por ti y lo siento mucho, porque esta mujer ya me lo advirtió: "¿Prefieres a Rosa? Pues adelante, ambos soís igual de tontos, de necios. Dori vale mucho más, pero como eres tonto, no lo ves".
- ¿Y tú te lo crees, Nando?
El lugarteniente inspiró profundamente y dijo:
- Sí. Ahora me lo creo. Ahora veo lo mala que eres. Mucha gente está en peligro, Rosa, por tu culpa. Álex pudo morir, y  muchos más de no ser por Lobo Gris y esta mujer.
Rosa se levantó de la silla y se lanzó furiosa contra Nando. El huargo dejó ir un gruñido tibio, sabía que el lugarteniente no tenía problemas con esa mujerzuela escuálida que se jactaba de ser una gran karateca y solía alzar sus patas en público, haciendo el payaso.

- ¡Basta! -zanjó la mujer del teclado cuando Nando inmobilizó a Rosa-

Continuará...

2 comentarios:

  1. La zorra de Atia calladita ante las circunstancias adversas, eso está muy bien.
    Rosa furiosa, histérica, impredecible... El follón está servido. Esperemos a oír la voz de la mujer del teclado!
    Buen día, narradora!

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    Respuestas
    1. Menudo follón se avecina... ¡Juas juas!
      Eche un vistazo arriba y lo comprobará ;D

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Lamentamos que exista moderación de comentarios, pero es necesario debido a ciertos anónimos muy persistentes.